
Los dispositivos Kindle de Amazon se han convertido en sinónimo de lectores electrónicos, y el nombre “Kindle” se ha convertido en un término familiar. Pero, ¿por qué Amazon eligió el nombre Kindle para sus dispositivos de lectura electrónica? ¿Tiene algo que ver con quemar cosas?
La historia de Amazon con los libros
En 1994, Jeff Bezos fundó Amazon con el objetivo de vender libros en línea y ofrecer una mejor experiencia de compra que las librerías tradicionales. Con su amplia selección, precios competitivos y su conveniente sistema de pedidos en línea, Amazon pudo establecerse como un jugador importante en la industria del libro.
A medida que Amazon creció, se expandió a otras categorías, incluidos productos electrónicos, ropa y más. Sin embargo, los libros siguieron siendo una parte central del negocio. En 2007, Amazon presentó el primer Kindle eReader. Este fue un gran problema en la industria del libro, ya que permitió a Amazon vender libros digitales directamente a los consumidores en dispositivos para leerlos.
Hoy en día, Amazon es el minorista líder de libros físicos, digitales y audiolibros. Los dispositivos Kindle siguen siendo populares entre los lectores, pero ¿de dónde viene ese nombre?
¿Cómo obtuvo Kindle su nombre?

Amazon comenzó a trabajar en un lector electrónico en 2004. Jeff Bezos quería construir el “mejor lector electrónico del mundo” antes que sus competidores. El dispositivo recibió el nombre en código “Fiona” antes de que se decidiera el nombre oficial.
A diferencia del nombre de Amazon, a Jeff Bezos no se le ocurrió “Kindle”. La empresa contrató a los consultores de marca Michael Cronan y Karin Hibma para que idearan un nombre. Sugirieron “Kindle”, que significa “encender o prender fuego”.
Según Himba, Bezos quería que el nombre transmitiera el futuro de la lectura sin sonar “aficionado a la tecnología”. Necesitaba trabajar en expresiones como “acurrucarse con mi Kindle”, y les gustó la metáfora de “encender un fuego” para la emoción por la lectura.
Esa es la historia en “Kindle”, aparentemente lo único que arde es nuestro entusiasmo por los libros. Es interesante que el nombre también pueda verse como una metáfora de cómo los lectores electrónicos están reemplazando los libros físicos, convirtiéndolos en leña. Elegiremos mirarlo más positivamente.
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